Resumen
El SIDA es una enfermedad mortal para la cual todavía no hay cura. Se transmite por contacto sexual, contacto con la sangre y por el uso de agujas contaminadas. Pero hay que tener en cuenta que el SIDA lo puede transmitir también una madre a su futuro hijo en el período del embarazo. Las relaciones sexuales, homosexuales o heterosexuales representan la principal vía de contagio, pero además se transmite por transfusiones de sangre, y por el uso de agujas en el caso de drogadictos que se inyectan la droga en forma intravenosa. De todo lo expuesto anteriormente resulta que el grupo de riesgo lo integran: homosexuales y bisexuales, los que practican la prositución, los toxicómanos que emplean drogas por vía intravenosa, los hemofílicos y aquellas personas que deban recibir transfusiones de sangre sin las debidas precauciones, hombres y mujeres que mantengan relaciones sexuales con personas de los grupos de riesgo. El agente etiológico de esta enfermedad es un tipo particular de virus denominado retrovirus. Este agente se conoce como HIV, o sea VIRUS DE LA INMUNoDEFICIENCIA HUMANA. El SIDA, por lo tanto, es el resultado de una infección viral que daña al sistema inmunológico, una gran alteración del sistema inmune. Esto permite con el tiempo el desarrollo de ciertas enfermedades consideradas como 'oportunistas'. Dichas enfermedades, que en realidad son poco comunes pero que en el caso del SIDA forman parte del síndrome, son: el SARCoMA DE KAPoSI, que es una malignidad rara que afecta sobre todo a personas de edad avanzada, un tipo especial de neumonía llamada PNEUMoNIA PNEUMoCISTICA CARINU, infecciones cerebrales, diarreas persistentes, infecciones por virus HERPES, y una gama muy amplia y variada de distintas patologías. En una forma muy resumida se ha presentado un cuadro general de este síndrome mortal